lunes, 15 de marzo de 2010

Estudiar y trabajar mantienen en forma el cerebro




Alguna vez os ha pasado seguramente que habéis estado tumbados en el sofá mucho tiempo y cuando os levantáis os cuesta moveos, estamos torpes. Algo así es lo que le pasa al cerebro cuando no lo usamos no le damos trabajo, se anquilosa, es decir, se paraliza, se detiene en su evolución. 


    Eso les ocurre a la generación "ni-ni", ni estudia ni trabaja. A esto se le añade el fenómeno de que cuanto menos hacemos menos queremos hacer, y entramos un circulo de pasividad que "de vagos que somos nos levantamos cada día al día siguiente" (esta es una frase de la zarzuela "La del manojo de rosas" de Pablo Solozabal). La televisión contribuye a "estupidizar" el cerebro, los individuos y la sociedad, especialmente aquellos programas que no aportan ninguna información relevante, más que indagar en las vidas ajenas.




    Podemos afirmar que la crisis económica que asola España no es solo una crisis financiera o de trabajo, sino una crisis de desarrollo intelectual. Toda la gente que está parada y a demás no busca trabajo entra en ese proceso que yo llamo de "estupidización" que nada bueno trae el propio individuo ni a la sociedad. Un país de gente improductiva es un país que se empobrece en vez de crecer y enriquecerse. Esto conecta con el artículo que publiqué "Saliendo juntos de la crisis". Si agudizamos nuestro ingenio para trabajar, aunque sea en algo pequeño y que no aporte grandes cantidades de dinero, estamos no solo ayudando a nuestro bolsillo y a salir de la crisis, sino a nuestro cerebro para que no decrezca intelectualmente y siga desarollándose. De hecho, hoy en día es más fácil que nunca establecer cualquier tipo de negocio y hacer publicidad por internet, pegando carteles, el boca a boca.

     La decisión final de hacer algo en vez de esperar a que el espíritu santo venga a darte trabajo o que tus padres te mantengan de por vida, es algo que depende de cada persona, de la educación que haya recibido y sobre todo de no estar sobreprotegidos por las familias. Muchas personas no es que teman que les digan que no a la hora de buscar trabajo, sino que lo que les da miedo es encontrarlo.

¡Señores y señoras, no se compadezcan de sí mismos, salgan a buscarse la vida que el busca encuentra, y el que la sigue al consigue!

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