El volcan de Islandia - El transporte, las comunicaciones y sus implicaciones en la vida moderna.

   Un volcan en Islandia, que ha dormido durante 200 años, a comenzado a erupcionar abriendo una fisura de un kilómetro de largo en medio de un glaciar llamado Eyjafjallajoekull. Curioso nombre, parece que a alguien se le haya caído el café en el teclado o ha inventado el nombre a puñetazos en las teclas.

     Las cenizas que desprende el volcan han provocado que el espacio aéreo de varios países, entre ellos Londres, hayan sido cerrados. Los elementos que componen las cenizas suponen un peligro para el funcionamiento de los aviones y por tanto para la seguridad de los pasajeros, por esto la cancelación de los vuelos.

      Las consecuencias que este suceso está teniendo en el mundo son tremendas. Las compañías aéreas pierden millones de libras cada día. British airlines pierde 28 millones de libras al día e international airlines 108, por poner dos ejemplos. Millones de personas han quedado atrapadas en centenares de ciudades del mundo sin poder volver a casa y otras por no poder salir a viajes de negocios, vacaciones, etc. Ni el terrorismo ni otras causa han podido crear una situación tal como la que la madre naturaleza está creando. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia fundamental que tiene el transporte aéreo en nuestra era moderna sobre la vida diaria de millones de personas. En un día y medio se cancelaron 17.000 vuelos, no uno ni dos, sino esta enorme cifra. Ya no sabemos qué es vivir sin aviónes cuando queremos viajar a distancias medias y grandes. Allá lejos quedan los tiempos en los que viajar suponía algo más que tres horas avión para cruzar europa o 6-8 h para cruzar "el charco". Antes, por ejemplo, viajar a la India suponía una preparación grande y se podía tardar en llegar 2 y 3 meses, para conocer una nueva cultura, un nuevo mundo. La manera de saborear las sensaciones de llegar a ese nuevo lugar eran mucho más intensas y reconfortantes ya que el esfuerzo realizado había sido mucho más grande que el que ahora hacemos preparando una maleta, metiéndonos en el avión y llegando en varias horas. Si me permiten la licencia, es mucho más placentero el orgasmo que se obtiene tras 40-60 minutos de sexo, que el que podamos tener tras solo 10 minutos. Lo bueno toma su tiempo en cocerse.

      Qué fácil es hoy en día contactar con cualquier persona al momento, que poca paciencia tenemos para todo en general, y cuanto exigimos en términos de velocidad y facilidad. Yo creo que una lección muy importante que hay que aprender en la vida es a tener paciencia, que las cosas bien hechas requieren tiempo y dedicación, sea lo que sea, conseguir un buen trabajo, un buen lugar donde vivir, una buena pareja, una buena carrera profesional, etc. 

     Qué bonito era aquello de esperar una carta con muchas ganas, ilusión, desesperación y sollozo a veces. Y qué bello era agarrarse a la carta con fuerza, releerla una y otra vez, imaginando a la otra persona escribiéndola, el sonido de su voz pronunciando cada palabra, etc. Pero todo aquello ya pasó y la era de las comunicaciones fáciles está en nuestras vidas. No digo que la situación anterior fuese mejor, ya que gracias a las tecnologías se pueden compartir conocimientos, experiencias y relaciones, que de otra manera no sería posible, pero sí que creo que hay que mirar al pasado y aprender algo de lo que un día fue. 

       Aprender que a veces vale la pena esperar un poco y trabajar más todavía para conseguir algo bueno, para evolucionar hacia algo más y mejor, antes que conformarse con lo fácil y sencillo. Perseguir los sueños que de jovencitos tenemos o teníamos debería ser el motor que nos mueva y por el que trabajemos, incluso siendo ya adultos, ya que muchas veces nos auto-convencemos de que esos sueños son imposibles de conseguir y se van enterrando con los años, mientras nosotros hacemos otra cosa que quizás nos guste, pero no tanto como aquel sueño que un día tuvimos.